En el momento que las personas deciden expresarse, hay un aspecto que se puede considerar en cuanto a la intensidad y la audiencia con la que tratan, su intensión.
Pueden ser tan mansos como un gato o tan voraz como un león.
En mi experiencia con los niños escucha y en especial con los pequeños, es como ser un maestro de aventuras a diferencia de una enseñanza en la escuela.
Las enseñanzas con juegos y aventuras están preparadas para las que vienen más adelante en su desarrollo como niños escucha en una tropa, ya siendo un poco mayores.
La intensión es llevarlos a aventuras relacionadas con actividades sociales, aprender liderazgo y obtener destrezas en diferentes áreas como manualidades, tecnología, finanzas y otras que los ayuden en su vida futura.
Cuando ya somos adultos, las situaciones y experiencias amenas nos hacen sentir bien y en especial cuando estamos aprendiendo algo. Pero las aventuras que enfrentamos como adultos todos los días, muchos las ven como gatos y no como leones.
Para poner esto en perspectiva, puedo mencionar una cita de Jordan Peterson:
“Una persona inofensiva no es buena. Una buena persona es aquella que es bien peligrosa, pero tiene esa cualidad bajo control.”
– Jordan Peterson
Un atleta promedio puede que practique todos los días, pero un atleta implacable y en el tope del deporte no se conforma con ser promedio.
Se convierte en una fiera de su deporte y el que quiera interponerse en su camino, no tiene oportunidad contra el león que se encuentra.
Para este atleta llegar a ese nivel, no tuvo remedio que escuchar la intensidad con la que el coach lo dirigía, al igual que un líder dirige a su grupo o audiencia.
Hay diferentes tipos de lideres, pero los que son buenos quieren lo mejor para ti.
Es por eso, que debemos desarrollar ese lado peligroso, para poder lograr los retos que nos presentan y ser mejores en nuestra faena.
Eventualmente aprendemos a manejar nuestro león como un gato, pero la realidad es otra.
