Todos enfrentamos ese momento donde se tiene que tomar una decisión.
¿Pero quienes son los que deciden estar con su compañera, la Reponsabilidad?
En el mundo que vivimos, dependiendo quien sea, mayormente se la dejamos a otra persona.
Por ejemplo, un niño se lo deja a sus padres y un adulto se lo deja a sus superiores. Es el típico modelo cuando ya se entiende que existe una consecuencia en el proceso.
¿Cuál va a ser la consecuencia? ¿Sabes? ¿Estas seguro de ello? O solo es un presentimiento de lo que puede pasar y no el resultado que posiblemente esperas.
¡Esa es la parte más bella del proceso!
En el sistema laboral preferimos dejarle la responsabilidad a nuestro jefe. No tenemos porque preocuparnos y no tenemos la autoridad para hacer cosas fuera de las reglas establecidas. Lamentablemente, esa es la mentalidad.
No hay gloria en los resultados hasta que se toma acción y entonces las personas se preguntan… ¿Cómo pudo haber echo eso sin permiso? o ¿Cómo dejaron que procediera así?
Nadie le dijo… Solo tomo una decisión y lo hizo.
Los méritos, felicitaciones y promociones vinieron después porque se junto con la hermana Responsabilidad.
Lamentablemente la mayoría de las personas, al tener que tomar una decisión, lo ven desde el punto de vista del sistema límbico.
Lo que enfrentamos cada día es una oportunidad para ser mejores y puedo entender que muchas veces existe esa parte en nosotros que te frena. A su vez existe la otra que quiere superarse y crecer.
Yo seguiría la última.
